CARTA AL MINISTRO DE FOMENTO 20/06/2019

Estimado Sr. ministro: 
Permítame que me ponga en contacto con Vd., y es que desde hace dos años me he puesto en contacto con todas las personalidades del Ministerio de Fomento, advirtiendo de esta situación, y con Vd. no quería hacer una excepción. 
Desde hace dos años vamos por un camino que, bajo mi punto de vista, nos va a conducir al desastre, a no ser que haya unos planes preconcebidos que yo no alcanzo a comprender. Y es por ello por lo que me dirijo a Vd., a ver si me aclara una serie de dudas que tengo. 
¿Qué está ocurriendo en la Marina Mercante, Sr. ministro?: queman barcos, detienen a capitanes y oficiales por pirómanos; se lleva a una naviera, como fue la Compañía Trasmediterránea, a una situación vergonzosa en tan sólo quince años; una naviera que se privatizó de una forma escandalosa y que acabó en manos de un ministro del propio Gobierno que la privatizaba, y mientras se descapitaliza Trasmediterránea se traspasan activos de ésta a Balearia donde también participaba el mismo ministro; se acumulan deudas en esa naviera como si fuese una “papelera de reciclaje”; se vende a otra naviera denunciada por precariedad laboral y con más deudas proporcionalmente que cualquier otra naviera, ya no en España, sino en el mundo, con hipotecas navales de imposible explicación, con emisiones de bonos sin volumen de negocio y que presentan subidas y bajadas de las acciones que únicamente se podrían explicar si creemos en los milagros; una actuación vergonzosa de la CNMC aceptando una solución fantasma de una naviera de “dentistas” que fletaban los buques de la misma naviera que producía el monopolio; una actitud de desidia de la CNMV que ni se inmuta cuando denuncio la emisión de bonos y, lo más grave, más que posibles artificios por parte del Grupo Acciona; una Fiscalía Anticorrupción, sin preparación alguna, que le suena a “chino” todas las denuncias y archiva en un único auto en el que los razonamientos se basan en preguntar a las personas acusadas y aferrase a su versión sin mediar investigación, ¿o es que acaso esta fiscalía, que pagamos todos los españoles, está sólo para investigar asuntos cuando políticamente interesa?, porque evidentemente que la Justicia española está politizada es de fácil demostración y nadie lo pone ya en duda; ¿para qué quieren Vds. una Dirección General de la Marina Mercante que no hace nada porque nada sabe y aún no se ha enterado que la “seguridad marítima” les otorga un poder absoluto; que no sabía, o no quería saber, las condiciones en las que se hallaba la Compañía Trasmediterránea y Naviera Armas; que desconocía, o quería desconocer, las hipotecas navales que pesaban sobre esa chatarra que flota; con una Inspección de Buques, la más permisiva de la historia de la Marina Mercante, que se niega sistemáticamente a mostrar a la azafata que denunció hechos tan graves como la falta de estanqueidad de un buque, y que aportó pruebas gráficas,  el informe de dicha inspección, o que deja navegar a buques que su único destino debería ser en desguace. 
¿Qué hace el Ministerio de Fomento?, ¿de verdad no se enteran de lo que está ocurriendo o es que hay un proyecto secreto? 
España es un país tan peculiar que hasta los sindicatos van contra los trabajadores, y cuando una azafata denuncia hechos escandalosos, ellos intentan mediar para que retire las denuncias y callan..., y comen. 
Desde que se privatizó la Compañía Trasmediterránea la avalancha de ayudas, desde todas las instituciones y a cuenta del Erario, es tan incalculable como obsceno. 
Trasmediterránea no sólo ya no nos costaba dinero, sino que tras haber sido saneada en la época del Gobierno de Felipe Gonzáles daba beneficios y no nos hacía falta dar ayudas a terceras navieras: con Trasmediterránea las rutas de Interés general estaban perfectamente cubiertas. ¿Cuánto dinero hemos dado a todas estas navieras que han vivido, y viven, de ayudas, Sr. ministro?, ¿me podría decir alguien cuántos cientos de millones de euros llevamos gastados para desde la UE, el Gobierno Central, los gobiernos autonómicos y los propios municipios y ayuntamientos, eso sin contar con ayudas indirectas a exportaciones como el plátano, ¿por poner un ejemplo? 
Sr. ministro, si no queremos perder el control de las rutas del Sur de Europa, si queremos proteger nuestras líneas de Interés General, si queremos tener buques dignos de un país desarrollado, le sugiero que cambie la Dirección General de la Marina Mercante, que haga una limpieza en las capitanías marítimas que son un absoluto desastre, que haga una auditoria a las navieras protagonistas de estos escándalos, que la puede hacer porque impera la “seguridad marítima”, que recupere la Compañía Trasmediterránea, la sanee y la ponga en manos de profesionales de verdad,  y se dará cuenta que hacer eso es infinitamente más barato y eficaz que seguir repartiendo ayudas que acaban en el “Haber” de nuestra inmensa deuda. Ponga a trabajar a la gente, Sr. ministro, que le digan cuántos millones se han repartido y a qué navieras y valore cuánto de ese dinero era realmente legítimo y cuánto hubieran tenido que dar si no se hubiera privatizado la Compañía Trasmediterránea o hubiese ido a manos de profesionales y no de advenedizos si experiencia. 
Sin más, y esperando poder ser atendido, se despide atentamente. 
Rafael Rosselló Cuervas-Mons 
Capitán de la Marina Mercante

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