LAS AVENTURAS DEL “SIMPAR” PACO NUÑEZ
Puede
que Roma no pagase a los traidores, pero Balearía está claro que sí. Y
es que en este mundillo marítimo ocurren hechos tan asombrosos que el
día menos pensado vamos a acabar siendo estudiados en Cuarto Milenio.
Resulta que un Capitán sindicalista y “liberado” de Trasmediterránea,
que viene a significar que va a cobrar lo mismo que navegando, pero sin
pegar palo al agua en Madrid y cuya única misión es hacer “carantoñas” a
la patronal, tras haber protagonizado el desplome de su propia naviera
haciendo eso para lo que le habían colocado de “liberado” que es mirar
para otro lado, le contratan en Balearía de Capitán.
Es
decir, Trasmediterránea durante estos últimos quince años ha sido
sometida a un saqueo, a un vaciamiento patrimonial, a favor
principalmente de otra naviera que es Balearia: rutas, clientes y hasta
altos directivos fueron trasbordados a esa naviera de la mano de un
personaje que tenía intereses en ambas y que a la postre era ministro en
el Gobierno que privatizó la emblemática naviera y la puso en manos de
burdos especuladores. Evidentemente, para que esta operación se pudiese
llevar a cabo era imprescindible que el sindicato mayoritario de
Trasmediterránea actuase como “cooperador necesario” y no obstaculizase
la operación. Nuestro protagonista, nuestro insigne Capitán liberado,
vivió todos estos hechos y “facilitó” el desplome de la que fuera la más
importante naviera que hubo en España. Y cuando digo “desplome” no sólo
me refiero a ese vaciamiento patrimonial, envejecimiento de la flota,
permisividad en la destrucción de puestos de trabajo, agencias,
clientes, líneas y un largo etcétera de despropósitos, sino también a
esta trágica y última etapa que ellos, esos personajes siniestros que
forman ese sindicato que no defiende ni a los trabajadores ni a la
empresa, acataron con sumisión y que se resumió en vender los despojos
que quedaban tras ese saqueo a otro personaje denunciado por precariedad
laboral en su empresa y con deudas inasumibles. Y mientras todo esto
ocurría había una naviera que se iba beneficiando de este atropello, y
esa naviera era, como siempre, Balearia.
Y
ahora, cuando Trasmediterránea ya está en fase terminal, a nuestro
insigne Capitán liberado que le habían pegado una patada en el trasero
porque Trasmediterránea, como Roma, no paga traidores, ha sido acogido
en los brazos de un benefactor que en el fondo estaba en deuda con él.
Que
en este país no queda un ápice de vergüenza está más que demostrado,
pero que hay veces que es imposible quedarse indiferente ante hechos de
esta envergadura, también.
Rafael Rosselló Cuervas-Mons
Capitán de la Marina Mercante
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